martes, 21 de junio de 2016

“¿Tu, también, eres infeliz?”: Una reseña de Mujeres al borde de un ataque de nervios (Pedro Almodóvar, 1988)

Título original: Mujeres al borde de un ataque de nervios
Año: 1988
Duración: 89 min.
País: España 
Director: Pedro Almodóvar
Guion: Pedro Almodóvar
Música: Bernardo Bonezzi
Fotografía: José Luis Alcaine
Reparto: Carmen Maura, Antonio Banderas, Julieta Serrano, Rossy de Palma, María Barranco, Chus Lampreave, Guillermo Montesinos, Fernando Guillén, Kiti Mánver, Loles León, Ángel de Andrés López, Francisca Caballero, Agustín Almodóvar, José Antonio Navarro, Imanol Uribe
Productora: El Deseo S.A.
Género: Comedia. Drama | Comedia negra. Historias cruzadas




Mujeres al borde de un ataque de nervios ha sido la película típica de Almodóvar aún antes de que existieran sus películas típicas. Su séptimo largometraje y ganadora de 5 premios Goya, Mujeres continúa no solo definiendo, sino también creando el estilo ecléctico de Almodóvar hoy en día. La película narra la historia de Pepa, una actriz de doblaje que está condenada a quedarse sola después de que su mujeriego exnovio rompió la larga relación que tenían a través de un mensaje por el contestador. Decide alquilar su apartamento porque no puede sobrevivir en una casa con malos recuerdos. Su primer cliente es el hijo ‘secreto’ de Iván, Carlos, y su novia problemática, Marisa.  Paralelamente, Lucía, la exesposa de Iván y madre de Carlos, finge un estado de animo sano para escapar de psiquiátrico y buscar a Iván. Candela, una amiga de Pepa, también tiene una crisis a causa de sus ‘aventuras’ con un hombre que resulta ser un terrorista chiita que ha usado la casa de ella para planear secuestrar un avión.  Pepa logra hacer una cita con una abogada feminista, Paulina, para ayudar a su amiga, pero ella también tiene un secreto. En esta búsqueda absurda de resolución, amor, venganza, justicia (y un apartamento), vemos cómo la ‘locura femenina’ se convierte en un poder imparable. Almodóvar nos recuerda que, por lo menos en su mundo creado, la mujer siempre tendrá la última palabra.


En esta película basada en la España del posfranquismo y los tiempos del fortalecimiento de movimientos feministas, como parte de La Movida Madrileña, Almodóvar muestra el cambio en el papel social de la mujer. La complejidad y autoridad de ella, especialmente de Pepa, es visible en la ‘visión fragmentada’ del sexo femenino que presenta él. Es decir, cada personaje tiene sus capas y matices (especialmente Pepa) y no está reducido a un tropo designado – una característica que es muy común en el mundo del cine dominado por hombres como protagonistas. Sin embargo, hay un gran sentido de sobre-sensibilidad evidente en los ‘ataques de nervios’ que sufren casi todas las mujeres de la película. Esta es la manera posirónica de Almodóvar de explicar lo ridículo en la imagen reducida del personaje femenino que había en el mundo del cine. En vez de explicar esta imagen en una manera hiperrealista y naturalista, Almodóvar conscientemente usa indicaciones sensoriales surrealistas como una estética llena de colores, canciones pegadizas y exageradas (Soy Infeliz, Mambo Taxi), y el comportamiento peculiar de hombres cotidianos, como el policía y el taxista. Esta decisión suya expresa la idea que todo es maravilloso, excepto los sentimientos y pensamientos de Pepa, que son la única cosa ‘real’ en este universo. También utiliza símbolos como la televisión y el contestador, el micrófono y el teléfono no solo para mostrar la comunicación defectuosa en el mundo contemporáneo, sino también la comunicación defectuosa de los hombres de la película, como Iván, el terrorista y el taxista.


Mujeres es, a mi modo de ver, un punto de inflexión en la carrera de la joya que es Almodóvar – un espectáculo para los sentidos. Es tanto una obra de arte estética como una lección dirigida al mundo del cine, que casi siempre representa a la mujer como un personaje fijo y superficial. Es una película clásica con un equilibrio muy bonito entre el mensaje que transmite y lo que se siente viéndola. Les recomiendo la película para ser una mejor persona y un mejor espectador.

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