“Acabo de
regresar del gimnasio” me dijo Pablo*, la cara detrás de una cuenta de comida
de Instagram que tiene más de 80.000 seguidores. Son las 10 de la mañana y
estamos en un café especializado en el ‘brunch’ – unión de las palabras
‘breakfast’ (desayuno en inglés) y ‘lunch’ (almuerzo) – que es un tema
importante del blog de Pablo. Él es bastante guapo y lleva una camiseta gris
con vaqueros y zapatos sencillos. Se ve que está en forma y parece muy sano.
“Corro en la cinta 2 horas cada día. Pero, ayer fui a una fiesta de bloggers y
comí muchas cosas grasosas, entonces hoy corrí 3 horas”. Nadie imaginaba que
una persona como Pablo – alguien que tiene un blog entero de hamburguesas,
pizzas, pasteles, papas fritas y otra comida rápida – estaría tan loco por la
salud.
El blog de
Instagram tiene su propio encanto. Hay fotos muy
atractivas y glamorosas, sacadas con cámaras profesionales y luces
artificiales. Además, son manipuladas y mejoradas con Photoshop u otras
aplicaciones para que parezcan más bonitas. Los pies de las fotos son cortos y
breves, y no necesitan muchísimo pensamiento creativo. Es fácil conseguir
muchos ‘me gusta’ en las fotos gracias a los ‘hashtags’, etiquetas especiales
para ‘destacar información’ o ‘agrupar una temática’.
Debido a la popularidad y comodidad de este medio, parece fácil crear su propio
imperio con muchos seguidores en el mundo de Instagram.
Pero Pablo no
está de acuerdo: “Ser blogger de comida no es tan fácil como parece. No es bueno
para la salud ni muy fascinante. Me despierto a las 6 todos los días, voy a 4-5
restaurantes o cafés cada día para sacar fotos y trabajo hasta las 10 de la
tarde. No tengo feriados ni promociones”. Pablo lamenta que después de trabajar
con tanto queso, chocolate y carne, sea difícil apreciar su valor o tener
hambre. “Tengo más de 1000 fotos de este tipo de comida, pero nunca tengo
antojo de comerla”, él revela. “¿Pero qué se le va a hacer? Eso es lo que les
gusta a mis seguidores y por eso, eso es el tipo de contenido que produzco”.
El puñado de
problemas no se termina ahí: Según Pablo, no se gana mucho dinero en esta
profesión. “No gano mucho haciendo este trabajo. Los bloggers de moda son
patrocinados por las marcas más famosas como Chanel, Gucci y Burberry. Sin
embargo, para los bloggers de comida, solamente hay comida gratis. ¿Cómo me
gano los garbanzos?” explicó Pablo, tomando fotos de experto de su ‘brunch’ de
pan tostado con aguacate y huevos escalfados. Me informó que, cuando va a
restaurantes, toma fotos de lo que quieren los dueños del restaurante pero siempre
pide una opción saludable para comer. Cuando le pregunté sobre ganar dinero por
publicidad, dijo que “Mis seguidores quieren panqueques, rosquillas y mucha
tocineta. A nadie le gusta ver demasiados anuncios.”
“Ya tengo que
ir a otro lugar”, declaró, desayunando rápidamente. “Pero quiero que la gente
recuerde que las redes sociales no son todo lo que parecen. Lo que se ve no es
lo que hay”. Pablo guardó su cámara en la mochila y se fue.
No hay comentarios:
Publicar un comentario