jueves, 30 de junio de 2016

“La gay-rra del amor”: Los derechos y la identidad LGBT en España y Estados Unido


 “N
o puedes huir del arcoíris”, dice Antonio*, un hombre gay español de 22 años, refiriéndose al tiroteo homofóbico que hubo en Orlando el 12 de junio. “La revolución para la liberación homosexual está más en marcha que nunca y no vamos a dejar de luchar por nuestros derechos en todo el mundo”, añade el joven activista. Está tomando una copa con su novio John, de origen estadounidense, en un bar gay en el barrio de Chueca de Madrid. “En mi opinión, es más fácil hacer esto aquí que en la mayoría de los Estados Unidos.”, responde John*, señalando a que van cogidos la mano. Sólo unos días antes de Madrid Orgullo 2016, el desfile gay más grande del mundo, se siente un ambiente de amor, de solidaridad, y, obviamente del orgullo del país que acepta más la homosexualidad.
Según una encuesta de Pew, el 88% de españoles tienen una perspectiva positiva hacía la homosexualidad y la proliferación de la identidad LGBT en el país. En cambio, solo el 60% de los estadounidenses comparte esta opinión progresista. “El año pasado se ha legalizado el matrimonio gay allí, pero todavía hay un sentido de la hostilidad.”, explica John. “No podía salir del armario en mi pueblo conservador de Texas. En Madrid, no obstante, me siento seguro.”
España, que es un país principalmente católico con una herencia de una dictadura fascista de decenios, marcó en 2015 su décimo aniversario de la legalización de matrimonio homosexual. Se atribuye la aceptación temprana de sexualidades alternativas a los intentos del gobierno de distanciarse del control social absoluto en la época de franquismo, y a Pedro Zerolo, una figura fundamental de los movimientos LGBT en España.
Sin embargo, está claro que los avances de la comunidad LGBT no son absolutos, y que todavía hay que luchar mucho para que las personas LGBT consigan un papel igual que el de una persona heterosexual. La reportera María Sánchez Diez nos recuerda que “la legislación liberal no significa que no existe homofobia todavía”. Escribe en una carta abierta a los Estados Unidos que a pesar de las leyes, casi el 50% de los jóvenes homosexuales han sufrido acoso en las escuelas y colegios y el 60% en el trabajo. Según UniversoGay, un sitio para las noticias del mundo LGBT, El 40% de los delitos de odio hoy en día en España son a razón de la orientación sexual. Además, la Iglesia aún protesta contra los derechos LGBT, diciendo que el matrimonio gay es “es un plan macabro para exterminar a la humanidad”.

“España puede enseñar a los EEUU que la lucha del amor transciende los derechos de la persona gay”, dice Rita* una mujer transgénero. Lamenta que “algunos perpetradores de violencia contra [si] misma y [sus] amigos transgéneros hayan sido homosexuales”. Rocío*, una lesbiana marimacho de origen áfricano, también cree que “los movimientos LGBT convencionales son, irónicamente, no tan inclusivos”. “Son creados por y para los gays masculinos y blancos”, comenta.
Marco*, un estudiante gay y latino de los estudios de género y sexualidad en la Universidad de Nueva York opina que “Las personas LGBT en los EEUU tenemos esos problemas y más. Contra nosotros no solo están la iglesia y los conservadores, sino también la falta de leyes para protegernos y dejarnos vivir una vida normal”. Según Identities.Mic, no hay legislaciones contra la homofobia o la incitación al odio dirigida a los grupos LGBT. Se puede despedir y negar acomodaciones públicas y derechos de guarda a una persona con una orientación sexual alternativa sin justificación o castigos. A continuación, la FDA/EMA prohíbe que los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres donen sangre. “Las leyes son una gran parte de la discriminación que tenemos que afrontar” dice Stephanie, una mujer bisexual que estudia política pública en UNY. “Estoy muy preocupada por el futuro de la comunidad LGBT en este país. Si el pendejo Trump, que ni siquiera apoya la igualdad de matrimonio, ganara las elecciones no sé que haríamos…”, continúa.
Pero los políticos españoles tampoco tienen una tabla rasa. “No necesitamos a Trump, ya tenemos el gran Mariano Rajoy”, comenta de nuevo Rocío. Rajoy, en sus opiniones polémicas contra el matrimonio homosexual y la adopción de las personas LGBT, muestra cómo el presidente mismo amenaza el bienestar de la comunidad LGBT a pesar de las leyes contra la discriminación por la sexualidad de una persona.
No obstante, John pide que estemos menos decepcionados. “Cuando consideramos todos los problemas que la comunidad LGBT aún necesita abordar, es fácil olvidar los avances que hemos logrado en los dos países.” Es decir que no debemos olvidar la presencia e identidad LGBT que hemos creado con cultura, arte, literatura, música y estudios. Ser una persona que pertenece a los grupos LGBT no solo determina la orientación sexual de una persona, sino que le da una sensación de pertenecer y una manera de identificarse. Personajes influyentes de la comunidad LGBT como Ellen DeGeneres, Caitlyn Jenner y Laverne Cox en los EEUU y Fernando Grande-Marlaska, Pedro Almodóvar y Zerolo en España dan poder y autoridad a los demás.
Las grandes ciudades de los dos países – Nueva York y Madrid tienen sus propios espacios seguros, como Chueca en Madrid y Chelsea en Nueva York, y un montón de eventos y espectáculos dedicados a la comunidad LGBT. “Chueca es el barrio de mi gente y en 2016 nadie me puede quitar el derecho de considerarlo así”, dice Antonio con mucha convicción. Pero John le recuerda que “hay más que Madrid en España, y no es necesario que la población rural dé la misma bienvenida a nuestra comunidad”. Asimismo, “las metrópolis como Nueva York y los pueblos pequeños son un mundo aparte”, dice Marco, que viene de un pueblo en el estado sureño de Alabama.
La “gay-rra” de amor de la comunidad LGBT siempre ha sido difícil y ha tenido muchos fracasos tanto en España como en Estados Unidos. No es una cuestión solo de ideología, sino de los derechos humanos fundamentales – la declaración de los derechos humanos reconoce la homosexualidad. Nadie tiene el derecho de dictar la orientación sexual de otra persona. Dicho esto, ¿cómo puede fomentar una persona heterosexual un sentido de “allyship” (alianza) y solidaridad para la población LGBT? Las mejores opciones son educarse y escuchar la voz de la comunidad sin ignorar a los grupos más marginalizados. Además, es importante reconocer la identidad LGBT y celebrar sus triunfos mientras se ayuda a conseguir más derechos. Recuerda que es una lucha para la comunidad LGBT que deber ser apoyada por la población heterosexual.







Fuentes

6)    http://www.20minutos.es/noticia/2125295/0/homofobia/discriminacion/trabajador-homosexual/
10) http://www.huffingtonpost.es/2015/09/18/pp-matrimonio-gay_n_8157728.html






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